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Sexting

El sexting es una práctica que consiste en crear, descargar o enviar a otra persona, de forma voluntaria, mensajes de contenido sexual, generalmente imágenes o vídeos propios, sobre todo a través del móvil, mediante aplicaciones de mensajería instantánea o redes sociales. El término sexting procede del inglés, concretamente de la combinación de las palabras sex (sexo) y texting (enviar mensajes de texto a través de dispositivos electrónicos). No se trata de enviar mensajes de texto literalmente, sino cualquier tipo de elemento audiovisual, sobre todo imágenes y vídeos, con contenido erótico y sexual más o menos explícito.

Algunas personas recurren al sexting porque viven separadas de su pareja, o bien para seducir a otra persona, opciones legítimas siempre que sean libremente elegidas o consentidas. El problema es que muchos lo utilizan para exhibirse, conseguir sexo casual con desconocidos, atraer a menores o realizar acoso sexual y chantaje. Otro problema es cuando el sexting parece voluntario, pero en realidad responde a la presión social y la necesidad de aceptación, desafíos típicos de la adolescencia.

El sexting es una práctica habitual, pero no exenta de riesgos, como la difusión descontrolada y el uso malintencionado de contenido íntimo para realizar sextorsión o “pornovenganza”, delitos con consecuencias emocionales devastadoras, sobre todo en menores y jóvenes. Hay muchas formas en las que el sexting puede volverse en nuestra contra, estas son algunas de las más comunes:

  • El destinatario reenvía el contenido a otros contactos, que a su vez hacen lo mismo, de modo que el mensaje original se vuelve viral.
  • El remitente se equivoca, envía el contenido a un contacto equivocado, no puede recuperarlo, escapa a su control y ocurre lo del punto anterior.
  • Robo del dispositivo y apropiación del contenido privado, que luego es usado para chantajear a la persona, subir el contenido a internet y/o perjudicar su reputación.
  • Ciberataque al dispositivo, robo y difusión del contenido. 
  • Difusión no autorizada del contenido del sexting en redes sociales. Incluso podría ser publicado en páginas para adultos con fines lucrativos.

Al principio, el sexting circulaba sobre todo a través de las aplicaciones de mensajería más populares, como WhatsApp o Snapchat, pero debido a la preocupación por la seguridad han ido surgiendo aplicaciones y redes sociales diseñadas exclusivamente para esta práctica, como Frankly o Disckreet, e incluso para obtener beneficio económico, como ofrecía la plataforma OnlyFans.

El sexting es una práctica, no un delito, siempre y cuando se haga de forma voluntaria. Aunque desde el punto de vista de la seguridad no es una actividad aconsejable, especialmente para menores. Si se hace, conviene tomar precauciones como:

  • Consultar y valorar el nivel de privacidad y de seguridad de las plataformas o aplicaciones que se utilicen para realizar sexting. Conviene revisar los ajustes de privacidad para evitar riesgos y verificar que el contenido se comparta solo con el destinatario deseado.
  • Ocultar la cara, tatuajes, objetos personales, cicatrices, lunares y otras marcas que puedan identificar a la persona.
  • Ser cuidadosos al decidir con quién compartimos información personal, especialmente fotos o vídeos. Practicarlo con una persona de confianza, alguien que sepamos que hará un uso personal del contenido y luego lo borrará.
  • Tener en cuenta los fondos de fotos y vídeos, para evitar que sean reconocibles y permitan atribuir su autoría.
  • Las fotos dicen más de lo que parece: cuidado con los metadatos. Se trata de información guardada en el mismo archivo de la foto, que puede indicar la ubicación, fecha de la imagen, dispositivo que la ha tomado…
  • No hacer nada que no se desee hacer.

Sexting, sextorsión y grooming son tres conceptos que afectan a la vida íntima y sexual. El BCSC cuenta con una línea de ayuda vía telefónica en el 900 104 891 o vía email enviando un correo a incidencias@bcsc.eus que ofrece ayuda para cualquier consulta relacionada con la ciberseguridad. Tanto empresas como ciudadanos, los menores y su entorno (padres y educadores) pueden recibir asesoramiento ante cualquier duda.