Según la norma UNE-EN 60300-3-14 de Noviembre de 2007, la confiabilidad se define como el “término colectivo usado para describir la disponibilidad y los factores de influencia: fiabilidad, mantenibilidad y logística de mantenimiento.” Este término describe la probabilidad de éxito o buen funcionamiento de un dispositivo o sistema durante un periodo de tiempo definido.
La confiabilidad impacta directamente sobre los resultados de la empresa, debiendo aplicarse no sólo a máquinas o equipos aislados sino a la totalidad de los procesos que constituyen la cadena de valor de la organización.
La ejecución de un análisis de la confiabilidad en un producto o un sistema debe incluir muchos tipos de exámenes para determinar en qué medida mantiene un rendimiento exitoso y constante durante el proceso. Una vez realizado el análisis, es posible prever los efectos de los cambios y de las correcciones en el diseño para mejorar la confiabilidad de este.
Un dispositivo 100% confiable sería aquel que obtiene exactamente los mismos resultados todas y cada una de las veces en las que se cumplen las condiciones exactas pedidas. Por ejemplo, una pistola que siempre da en el blanco cuando se apunta exactamente en la misma dirección.
En un mundo cambiante y complejo como el de las tecnologías de la información es deseable pero poco probable conseguir un 100% de confiabilidad, sin embargo, se debe tener en cuenta que la ciberseguridad es una parte fundamental dentro de la medición de la confiabilidad de un sistema o herramienta. Una correcta implementación de medidas y soluciones de ciberseguridad en dispositivos conectados o que manejen información permitirá reducir la probabilidad de incidentes que harían que la confiabilidad de este bajara.
Es importante pensar en términos de confiabilidad, por ejemplo, antes de tomar la decisión de utilizar una aplicación de almacenamiento en la nube para alojar información de cualquier tipo en ella, ya sea personal o corporativa.
También debe tenerse en cuenta, no solo al buscar aplicaciones si no cuando hablamos de software de seguridad, infraestructuras de comunicación o cualquier otro activo que vaya a formar parte de la estructura de manejo de información que decidamos ya que cada uno será pieza importante en la confiabilidad final del sistema en general.
Dentro de una red de dispositivos conectados, bien sea personal o corporativa, el índice de confiabilidad siempre viene dado por el dispositivo que mayor grado de vulnerabilidad presente dentro de la red. Este elemento, también denominado “el eslabón más débil de la cadena”, puede afectar gravemente a la confiabilidad de la red dejando en segundo plano el resto de las medidas de protección y configuraciones de seguridad aplicadas.
