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Fraudes

El fraude es un delito realizado por una persona física o jurídica que usa el engaño para obtener una ganancia, a menudo supone un acto intencional o deliberado de privar a alguien de un dinero o propiedad. 

El Black´s Law Dictionary lo define como: “una declaración falsa a sabiendas de la verdad o la ocultación de un hecho material para inducir a otro a actuar en su detrimento”. 

En el ámbito empresarial hay varios tipos de fraude. Uno de ellos es el fraude interno que es llevado a cabo por personal empleado o directivo de una organización mediante el uso de medios ilícitos para enriquecerse personalmente a costa de ella. 

También existe el fraude externo realizado por clientes o proveedores que pueden manipular documentos o procesos, facturar por bienes o servicios no prestado e incluso sobornar al personal de la organización objetivo del fraude. Otro ejemplo ocurre si un cliente falsifica una cuenta para pagar, trata de devolver productos robados o rebajados, etc. También es fraude externo la piratería, quiebra fraudulenta, fraude préstamos, de atención médica, etc.

Otro tipo de fraude es el que se produce contra personas: robo de identidad, phishing, fraudes de pagos adelantados, etc.

Sin embargo, el fraude alcanza múltiples sectores. Algunas clasificaciones recogidas en el código penal son:

  • Fiscal o tributario.
  • Electoral: consistente en un engaño a la sociedad sobre resultados de unas elecciones.
  • Laboral o empresarial.
  • Fraude de fluido eléctrico.
  • Bancario.
  • Fraude procesal consistente en engañar a un juez en un proceso judicial.
  • Informático o virtual: mediante Internet.
  • Electrónico o telefónico.
  • Fraude cometido por funcionario público.

El “triángulo del fraude” es una conocida forma que explica por qué se cometen fraudes. Fue desarrollado por el criminólogo Dr. Donald Cressey centrándose en lo que denomina “violadores de confianza”. Este triángulo tiene los conceptos de “oportunidad” y “racionalización” en la base y la “presión” en la cumbre y el autor asegura que deben existir para que una persona común cometa un fraude.

  • La presión se refiere a que exista un estímulo concreto o que la persona esté bajo presión y eso le dé un motivo concreto para defraudar.
  • Oportunidad: circunstancias que le dan a la persona la capacidad para realizar el fraude.
  • Racionalización: aquellas personas que pueden justificar un acto ilegal con su ética personal.

En este triángulo, el concepto de integridad juega un papel fundamental ya que implica un mayor nivel de madurez moral y espiritual que hace que una persona actúe lo más correctamente posible. 

En cuanto a los fraudes producidos en organizaciones, hay tres que son los más habituales:

  • Corrupción: sobornos, extorsiones, regalos, etc.
  • Robo de activos y maquillaje contable: robo de la caja, inflaciones de precios…
  • Robos de datos: ciberataques que roban, modifican o destruyen información confidencial.

Ejemplos recientes de robo de datos han aparecido en la prensa generalista en los últimos meses. Los ciberdelincuentes suplantan la identidad de personas, compañías o entidades públicas, acceden a información sensible y solicitan un rescate a cambio de permitir recuperar dicha información, o bien la venden en la dark web. La falta de cultura en ciberseguridad, la dificultad de atribución y las limitaciones de jurisdicción facilitan este tipo de fraude.