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Ciberterrorismo

Los ciberataques, la seguridad de redes y la protección de la información plantean nuevos retos para la seguridad nacional. Con el paso de los años la infraestructura de los países se ha vuelto más dependiente del poder computacional y su amplia red, lo que ha provocado que los terroristas se aprovechen de las vulnerabilidades existentes para causar daño. Se considera ciberterrorismo a cualquier ataque que usa medios electrónicos para penetrar e interferir seriamente con las infraestructuras críticas de un país.

Por tanto, se trata de una forma de terrorismo que algunos individuos o grupos emplean usando medios digitales para atacar ordenadores, telecomunicaciones e información privada. Su objetivo es intimidar o coaccionar a un Gobierno o población con fines políticos, sociales o religiosos.

En este sentido, para que pueda clasificarse como ciberterrorismo, en el ataque debe aplicar violencia contra personas o propiedad, o al menos causar un daño suficiente como para generar miedo. Este tipo de ciberataques puede provocar muertos o heridos, colisiones de aviones, contaminación de agua, pérdidas económicas, o atacar infraestructuras críticas de un país para paralizar servicios esenciales.

Ahora bien, una concepción más amplia del término incluye “todas las acciones que los grupos terroristas cometen en la red para perpetrar su actividad”. Aquí se engloban las actividades online –no violentas– realizadas para financiarse, extender su mensaje, adoctrinar y adiestrar a nuevos miembros, y organizar y ejecutar sus operaciones.

Las redes sociales y plataformas de mensajería instantánea les sirven como altavoz donde extender su mensaje a través de imágenes, vídeos, manuales o revistas. Un ejemplo es la revista Inspire de Al Qaeda.

Es importante diferenciar el ciberterrorismo de otros conceptos:

  • Hacktivismo: Los ciberataques persiguen una finalidad política, pero sin métodos violentos. Se trata de ciberataques con difusión reivindicativa, aunque fuera de la legalidad. Por ejemplo, manipulación de sistemas informáticos ajenos sin autorización.
  • Ciberguerra: Es una variante del conflicto internacional, pero en el espacio digital. Se abre paso en el escenario geopolítico. Se trata de una “lucha” entre Estados. Los atacantes no son fácilmente identificables.

Sus técnicas más frecuentes consisten en:

  • Lanzar campañas de virus informáticos (malware).
  • Suplantar la identidad digital.
  • Enviar e instalar archivos espía (keyloggers).
  • Usar troyanos para controlar ordenadores en remoto o sustraer información.

El ciberterrorismo es una opción atractiva para los terroristas porque:

  • Es más barato y cómodo que los atentados convencionales, ya que solo se necesita equipamiento tecnológico y conocimientos informáticos.
  • El atacante opera en remoto, por lo que puede actuar a cualquier hora y desde cualquier lugar.
  • Puede afectar a un mayor número de personas, por su mayor cobertura mediática y de difusión del miedo.

Algunos organismos que luchan contra estas amenazas son:

  • El Centro de Ciberdefensa de la OTAN.
  • La Agencia Europea para la Ciberseguridad (ENISA) de la UE.
  • La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito de la ONU.