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Bloqueo de pantalla

Sistema con el que cuentan todos los dispositivos electrónicos para impedir que otras personas los utilicen sin el conocimiento o la autorización de su propietario. Este bloqueo se puede activar configurando una contraseña, un patrón, un código PIN o incluso una clave biométrica como la huella digital o el reconocimiento facial.

También existe el bloqueo de pantalla automático, que bloquea el dispositivo automáticamente después de un periodo de tiempo sin actividad. El bloqueo automático no impide que el equipo pueda bloquearse también manualmente.

Tener activada esta funcionalidad en todos nuestros dispositivos es muy aconsejable. Si están bloqueados, en caso de pérdida o robo evitaremos, o al menos pondremos más difícil, que personas malintencionadas accedan a la información.

Aunque esta funcionalidad pueda parecer muy elemental, aún hay muchas personas que no activan el bloqueo de pantalla simplemente por comodidad, o que postergan este paso, poniendo en grave riesgo la seguridad de la información que manejan.

A la hora de elegir una contraseña o clave para el bloqueo de pantalla hay que tener en cuenta que debe ser compleja y difícil de adivinar. Por eso no debe referirse a información personal, como fechas de nacimiento o cumpleaños. Lo mejor es utilizar frases en vez de palabras, y también caracteres y números combinados de forma aleatoria.

Conviene recordar la importancia de no compartir las contraseñas o códigos de bloqueo de pantalla con nadie. Para que este método sea seguro, las credenciales deberán ser siempre secretas. Igual de importante es no repetir las contraseñas o claves en diferentes dispositivos, deben ser únicas para cada servicio y dispositivo que tengamos.

Para recordarlas, lo ideal es memorizarlas usando reglas mnemotécnicas o recurrir a un gestor de contraseñas. En el gestor podremos almacenar todas nuestras claves y solo deberemos recordar una contraseña maestra para acceder a todas las demás.

Aunque tengamos activado el bloqueo de pantalla automático, es importante bloquear manualmente nuestros dispositivos cada vez que nos ausentamos, aunque solo sean unos minutos. Por ejemplo, para bloquear un equipo con sistema operativo Windows de forma rápida podemos pulsar “Windows + L” o “Ctrl + Alt + Supr” y seleccionar si queremos bloquear o cerrar la sesión. También es aconsejable apagar el equipo cuando finalicemos nuestra actividad.

Esto evitará que seamos víctimas de ataques como el shoulder surfing, una práctica en la que los ciberdelincuentes espían de reojo o por encima del hombro las pantallas de los dispositivos, para conseguir información sensible, como datos confidenciales o contraseñas. Aunque pueda parecer algo rudimentario, lo cierto es que es una técnica muy explotada por los ciberdelincuentes para conseguir información valiosa. Es un ataque especialmente habitual en lugares públicos como cafeterías o medios de transporte.

Además de establecer un bloqueo de pantalla, para protegernos del shoulder surfing es necesario extremar la precaución y comprobar que nadie observa nuestras pantallas también cuando estamos usando el dispositivo, especialmente en lugares públicos. Otras recomendaciones son reducir al mínimo posible el brillo de pantalla para dificultar la visibilidad y utilizar un filtro de privacidad sobre la pantalla, para que únicamente el usuario pueda ver el contenido al situarse frente a ella, sin que nadie alrededor pueda verlo desde otro ángulo. También es importante vigilar nuestros dispositivos, tenerlos a la vista en todo momento y no dejarlos olvidados, para evitar robos o extravíos que desemboquen en el robo de información.

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