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Huella digital

La huella digital hace referencia a todo rastro que deja la información que se comparte y existe en Internet acerca de una identidad, ya se refiera a una persona física o jurídica o incluso a un dispositivo conectado. Comprende el rastro dejado por todas aquellas publicaciones realizadas voluntariamente y también otras en las que una identidad pueda ser mencionada, citada o etiquetada, aunque no hayan sido directamente publicadas por dicha identidad. También se incluyen aquellas referencias, noticias o publicaciones oficiales relacionadas (por ejemplo, cuando alguien se presenta a unas oposiciones o resulta parte implicada en un juicio), así como los comentarios o fotografías donde otras personas etiqueten a la identidad en cuestión. 

Hay que tener en cuenta que en Internet también se recopilan otros datos cuando se navega y se visita una web, aunque no serían datos personales sino vinculados a una dirección IP. No obstante, conviene saber que estos datos revelan la ubicación geográfica, el navegador utilizado, el sistema operativo del dispositivo, el idioma e incluso el último sitio web visitado. 

De hecho, no solo las personas tienen huella digital, sino que también es un concepto utilizado para definir el rastro que deja cada dispositivo electrónico conectado y que permite identificarlo de forma individual en caso de que sea necesario, como puede ser la IP, marca, modelo o número de serie de un dispositivo, así como el IMEI en dispositivos móviles. La recopilación de la información contenida en esta huella digital puede ser activa o pasiva.

Dentro de la recopilación activa está toda la información que el usuario acepta voluntariamente compartir mientras navega, usa una aplicación o al suscribirse a un servicio. Esta puede ser en formato cookies que son aceptadas al acceder a una página web o al firmar estar de acuerdo con la recolección y compartición con terceros de una serie de datos generados por una aplicación o incluso rellenados por el propio usuario al crear la cuenta.  

Por otro lado, también se encuentra la recopilación pasiva, que se realiza sin ningún consentimiento por parte del usuario y que podría ser desde el rastro IP que deja la navegación web hasta el uso de aplicaciones con servicios maliciosos que detectan, almacenan y posteriormente comparten con el creador del servicio información relevante del usuario. 

El concepto de reputación digital va muy ligado a los de identidad digital y huella digital. Aquella hace referencia a la impresión o imagen que otras personas tienen de una identidad digital (persona, organización, dispositivo, etc.) en base a la información que pueden encontrar si la buscan en Internet. Aunque esa reputación pueda entenderse como un concepto más referido al mundo del marketing (valoraciones de productos, reseñas y opiniones, etc.), es necesario tener en cuenta que, por ejemplo, muchos departamentos de Recursos Humanos buscan información en Internet sobre las personas candidatas a un puesto de trabajo. Hoy en día, el contenido que encuentren puede influir, e incluso decidir, el resultado de un proceso de selección.

En gran medida, proteger la huella digital está en manos de cada identidad que utilice Internet. Para ello, se recomienda adoptar buenas prácticas como estas: 

  • Ajustar la configuración de privacidad: quien posea la titularidad de perfiles en redes sociales y sitios web es también responsable de configurar correctamente las opciones de privacidad. Así, es posible determinar quién puede acceder a las publicaciones y reducir las probabilidades de que terminen en malas manos. También es recomendable revisar detenidamente la política de privacidad de los sitios web ya que, en algunos casos, el hecho de borrar un contenido no significa que sea eliminado de sus servidores.
  • Visitar sitios web seguros: si un sitio web solicita introducir datos, es importante que, además de la política de privacidad, se preste atención también al nivel de seguridad de la página. Normalmente, la indicación HTTPS al inicio de la URL indica que se trata de una conexión segura.
  • No utilizar redes wifi públicas: si se establece conexión a Internet usando una de estas wifis, los datos podrían estar expuestos a que algún ciberdelincuente pueda, por ejemplo, robar credenciales de acceso cuando sean introducidas en algún servicio.
  • Mantener actualizados los sistemas operativos y las aplicaciones para estar a la última en protección de las vulnerabilidades más recientes.

La huella digital es una mercancía muy valiosa para los ciberdelincuentes. Poder disponer de todos esos datos relacionados y usarlos para usos ilícitos se ha convertido en un negocio tan oscuro como lucrativo. Por eso se han de maximizar las precauciones al compartir información personal a Internet y al usar dispositivos, aplicaciones y otros servicios, tratando de evitar que un ataque pueda derivar en una exposición no deseada de datos.