Pasar al contenido principal

Me están acosando en internet, ¿qué puedo hacer?

Existen dos grandes tipos de formas de acoso en internet: ciberacoso o ciberbulling, que se da entre adultos, adolescentes, y menores, y el ciberacoso sexual o grooming con una finalidad sexual patente, en donde un adulto intenta ganarse la confianza de una persona, generalmente menor de edad, para aprovecharse sexualmente de ella en un futuro.

De forma general son conductas que se dan en entornos digitales tales como, redes sociales, aplicaciones móviles, correo electrónico, etcétera, e implica una agresión sistemática y repetitiva sobre una persona o grupo de personas. Los actores principales son tres, la víctima, el agresor y, en ocasiones, los espectadores.

Se busca intimidar, insultar, provocar, excluir de un grupo, o humillar y es importante tener en mente que estas conductas pueden pasar del entorno virtual a la vida real.

Las consecuencias psicológicas para la víctima van desde trastornos de ansiedad, a tristeza que puede desembocar en un trastorno depresivo, inseguridad y falta de autoestima, ideas suicidas y tendencia a la introversión, entre otras.

Suele presentarse de estas formas:

  1. Insultos y faltas de respeto juzgando a la víctima, atacando su aspecto físico o cualquier otro aspecto.
  2. Agresión verbal. La víctima recibe mensajes en los que se la increpa y amenaza.
  3. Difamación. A través de redes sociales, chats, emails. Se difunden informaciones falsas para degradar a la víctima. Bulos que pueden llegar a perjudicar su imagen.
  4. Difusión de datos personales. Se publican datos personales de la víctima sin su consentimiento, incluyendo conversaciones personales y privadas con terceros.
  5. Usurpación de identidad.  Se crea un perfil falso de la víctima o se usa el perfil con sus credenciales para verter comentarios problemáticos en redes sociales.
  6. Persecución. Forma de acoso muy agresiva en la que la víctima recibe continuos mensajes vejatorios a través del móvil, redes sociales o email.
  7. Happy slapping.  Consiste en grabar una agresión física a una víctima para después difundir el video y burlarse.

  • Evitar aceptar solicitudes de amistad, en redes sociales, de personas a las que no se conoce.
  • No hablar por privado ni enviar fotografías a gente que no se conoce.
  • Leer las condiciones de uso y de privacidad de las redes sociales donde tengamos un perfil. Configurar la privacidad de estas herramientas acotando lo máximo posible quienes pueden acceder a nuestro contenido.
  • Compartir la menor cantidad de datos personales en internet.
  • Si se reciben mensajes incómodos, faltas de respeto o incluso fotos desagradables, bloquear al emisor. Es recomendable no entrar en su juego. Si te molestan bloquea, si te acosan, denuncia.
  • Evitar contestar a las provocaciones, chantajes y amenazas ya que producen que los ataques continúen y se recrudezcan.

  • El acoso en redes sociales es un delito recogido en el artículo 172 del código penal, con penas de prisión de tres meses a dos años, o multa de seis a veinticuatro meses.
  • Guardar las conversaciones, fotos y audios con las agresiones y amenazas, sirven de evidencia a la hora de denunciar.
  • Denunciar los hechos ante la Ertzaintza.