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Transformación digital

Hace no mucho tiempo, para ir al cine había que “ir al cine”: mirar la cartelera, elegir una película, mirar en qué salas se proyectaba, en qué horario, comprar la entrada en la taquilla o en un cajero, hacer cola y, finalmente, sentarnos a ver la película en el cine, el día y hora programados. Aunque esta experiencia sigue siendo posible, hoy día lo más habitual es conectarse a una plataforma de streaming como Netflix o HBO, en el momento que más nos apetezca, elegir el contenido y consumirlo en cualquier dispositivo, a cambio de una cuota mensual.

La transformación digital es la incorporación de tecnologías digitales a los productos, servicios, procesos y estrategias de una organización. Su finalidad es involucrar y servir mejor a sus trabajadores, clientes y comunidad, mejorando así su competitividad y su valor, gestionando mejor el riesgo y descubriendo nuevas oportunidades de negocio. Un ejemplo de transformación digital es la transición de las tiendas físicas hacia el comercio electrónico.

La transformación digital puede comportar la reelaboración de productos, servicios, procesos y estrategias dentro de la organización mediante el aprovechamiento de la tecnología digital. También suele requerir un cambio en la cultura empresarial, para lograr que el equipo apoye la aceleración y los cambios que implican los procesos digitales.

Transformación digital no es lo mismo que digitalización. La digitalización puede ser parte del camino de la transformación digital, pero es un concepto diferente. Digitalización es el proceso que permite pasar información de un formato físico a uno digital, por ejemplo, pasar los contactos de la agenda de papel al móvil, convertir un libro en papel al formato e-book o escanear documentación de una empresa para liberar espacio en la oficina. La transformación digital es un concepto más amplio: son los cambios que aplica una organización en sus procesos internos para adaptarlos a las necesidades de negocio actuales. Serían acciones como implantar herramientas para la automatización de funciones, por ejemplo, la recogida por internet de lecturas de consumo de una compañía de suministros, como las de luz, agua o gas.

La digitalización puede resumirse como una mera conversión de información al formato digital, mientras que la transformación digital supone la implementación de estrategias y procesos para adecuar la actividad de la organización al entorno digitalizado. Comprar un escáner o una impresora sería digitalizar. Desarrollar una inteligencia artificial capaz de leer y filtrar datos en documentos escaneados sería transformación digital.

La adaptación a los grandes cambios es parte intrínseca de los negocios y de la vida en general. En los últimos años hemos asistido a cambios muy rápidos y profundos en las necesidades de los consumidores y, por consiguiente, en los modelos de negocio. Las nuevas plataformas de comunicación con la audiencia, los nuevos modelos de pago y la información basada en datos han dado lugar a nuevas maneras de relacionarse con los clientes y generar valor a largo plazo. Hoy en día, la transformación digital es clave en el plan de negocio de todo tipo de empresas, de cualquier tamaño y sector de actividad. Ninguna organización ni profesional pueden permanecer ajenos a ella, como quedó demostrado durante la pandemia de COVID-19.