Cómo favorecer la ciberconvivencia en la vuelta al cole

En Cyberzaintza apostamos por la educación y la alfabetización digital, así como por la ciberseguridad para que todas las familias puedan conocer los retos que se pueden encontrar en Internet, evitar las amenazas y actuar ante ellas.

Fruto de ello tiene lugar durante todo este año la campaña “En Ciber, Cibersegurola” con el objetivo de sensibilizar sobre el uso de las nuevas tecnologías desde la diversidad, la tolerancia y la inclusión en la infancia y la adolescencia. Nos apoyan entidades como PantallasAmigas, Hirukide, Kristau Eskola, AVPD, Twitter y Gorabide.

Cada mes ponemos el foco en un tema distinto que sirve para concienciar a las familias y en septiembre el más candente es la vuelta al colegio. A algunos alumnos les cuesta más que a otras. Han sido dos largos (y merecidos) meses de vacaciones, disfrutando de la playa y el campo, y ahora toca reencontrarse con los compañeros y compañeras. Una buena manera de hacerlo es compartir algunas fotos de los lugares que hemos visitado, pero debemos tener cuidado con quién las difundimos. Ciertas imágenes sólo podemos enseñárselas a nuestros amigos más íntimos y mejor si lo hacemos en nuestra propia pantalla que pasárselas a su móvil, para evitar que luego circulen por toda la clase sin nuestro permiso.

Stop ciberbullying!

Además, ahora los colegios están cada vez más digitalizados, con ordenadores y tablets permanentemente conectados a Internet. Son herramientas muy útiles para estudiar que facilitan el conocimiento, pero debemos tener cuidado y no emplearlas para nuestros usos personales. Tampoco es correcto emplearlas para criticar a compañeros, insultarles ni humillarles. ¿Acaso nos gustaría que nos hicieran a nosotros lo mismo? El bullying es una práctica terrible que puede hacer aún más daño si se combina con Internet y las redes sociales. El ciberbullying tiene consecuencias diferentes al bullying, ya que lo que comienza como una simple broma en el aula o en el recreo rápidamente escapa a nuestro control y puede llegar a los dispositivos de miles de personas, por lo que el trauma provocado es irreparable. En Euskadi esta práctica ya supone el 20% de los delitos informáticos cometidos anualmente. Quienes lo sufren, muchas veces en silencio, deben tratar de hablarlo con sus padres o profesores. La culpa que padecen no debe ser un obstáculo para denunciarlo, ya que esa es la única manera de ponerle freno y que las víctimas puedan superarlo.

Ciberconvivencia positiva

Por ello es importante generar espacios seguros y concienciar sobre unas buenas prácticas online, haciendo un correcto uso de la tecnología. Para favorecer la convivencia en Internet debemos mantener en las redes sociales el mismo respeto que tenemos en la vida fuera de la red. Hay que evitar conflictos, actitudes denigrantes y faltas de respeto, siempre teniendo empatía hacia los demás y tratarles como nos gusta a nosotros ser tratados. El acoso y las humillaciones están prohibidos, ya que tanto las empresas que controlas las redes sociales como el colegio no las toleran de ninguna forma. Una ciberconvivencia positiva significa una disminución de las diferentes formas de violencia digital según el cual todas las personas tienen derechos, pero también responsabilidad en una Internet compartida.

El personal docente debe estar atento para detectar prácticas agresivas entre entre el alumnado. Aunque es imposible controlar sus comportamientos en Internet, en ocasiones puede llegar a descubrir algún vídeo o foto vejatoria hacia alguno de sus estudiantes. En ese caso, debe ponerlo inmediatamente en conocimiento del director del centro y de la familia de la víctima. Para potenciar la ciberconvivencia positiva, puede establecer un decálogo de comportamientos y actitudes que aumenten la colaboración y el buen ambiente en sus relaciones virtuales.

Diversidad, inclusión y tolerancia

Las nuevas tecnologías son herramientas con mucho potencial que debemos usar para el bien. Si evitamos sus riesgos y amenazas, podemos usarlas para conocer otras realidades, establecer comunidades y favorecer la diversidad y la inclusión. En Internet existen infinidad de webs, programas, juegos, artículos y vídeos que expandan nuestra mente y fomenten la tolerancia. De manera virtual, los alumnos y alumnas pueden salir de su zona de confort, acercar realidades ajenas, otros pueblos, razas, religiones e idiomas; un viaje por todo el mundo desde la comodidad del pupitre que permite conocer personas con diversidad funcional, con otras sexualidades y géneros. Quizá en su clase o en su barrio no haya mucha diversidad, pero Internet es un gran escaparate para mostrar la enorme variedad social, para entender problemáticas lejanas y ponerse en la piel de los más desfavorecidos.

Por todo ello, desde el BCSC contribuimos a lograr una ciberconvivencia positiva, pues sólo así conseguiremos una sociedad tolerante y activa digital. Debemos ser respetuosos y prudentes con los demás en los entornos virtuales, como lo somos también en las relaciones cara a cara. Nuestro comportamiento en Internet debe ser similar al que tenemos en el mundo real y regirse por la educación, la empatía y el sentido común. En conclusión: no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti, tanto en Internet como en la realidad.