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Actores Estado

En el ámbito de la ciberseguridad, al actor Estado se le considera uno de los distintos agentes de amenaza, es decir, una entidad que se aprovecha de alguna vulnerabilidad para acceder de forma indebida a determinada información, o provocar su pérdida, modificación o divulgación. En los últimos años, los actores Estado parecen ser uno de los agentes de amenaza más activos.

Aunque hay diferencias importantes entre la actividad de los diferentes estados, estos actores suelen disponer de una gran capacidad operativa, debido a la enorme cantidad de recursos de la que disponen. No obstante, además de destinar sus propios recursos a la ciberseguridad, es preciso señalar que los actores Estado pueden disponer de servicios externos no estatales, como por ejemplo ciberdelincuentes que les prestan sus servicios a cambio de una retribución económica, o empresas contratadas a tal efecto.

Los agentes o entidades patrocinados por un Estado a menudo usan herramientas para robar en secreto propiedad intelectual, secretos comerciales e información de empresas. Los actores Estado han evolucionado su actividad para alinearse con los objetivos políticos de los países donde operan. Sus principales objetivos son organismos públicos, ONG, entidades de políticas sociales o de asuntos internacionales y sectores vinculados a los conflictos y problemáticas globales de actualidad, como la crisis sanitaria de la COVID-19, por ejemplo.

Un objetivo de especial interés para estos agentes son las infraestructuras críticas, es decir, aquellos activos que desempeñan un papel esencial para el funcionamiento normal de un país que, de verse comprometidos, ocasionarían graves perjuicios a la sociedad.

Atendiendo al ámbito de sus operaciones, las acciones de los actores Estado se centran principalmente en la ciberguerra, el ciberespionaje y las operaciones de influencia.

  • La ciberguerra, se ha convertido en una obligación dentro de la agenda de los estados, ya que un ataque a través del ciberespacio a las empresas que estén bajo su influencia, a los organismos públicos o, incluso a las personas, precisa de una política de defensa. Un claro ejemplo es el ya mencionado de las infraestructuras críticas, pero cualquier otro objetivo es susceptible de ser atacado y, por tanto, precisa ser defendido por el país en el que desarrolle su actividad.
  • El ciberespionaje, es una actividad de gran interés para los actores Estado por el bajo riesgo que supone, sumado al gran beneficio que se puede obtener recabando información y generando inteligencia.
  • Las operaciones de influencia consisten en la elaboración de campañas de manipulación, con el fin de crear una determinada opinión generalizada entre la población objetivo, opinión alineada con los intereses del actor Estado que lleve a cabo la operación. Otro objetivo de estas campañas puede ser la mera desestabilización, generando rechazo o desconfianza en las instituciones, o crear una sensación de inseguridad.

Los principales sectores de interés para los actores Estado son:

  • Gubernamental
  • Defensa
  • Industria armamentística
  • Centros de investigación
  • Salud e industria farmacéutica
  • Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
  • Energía
  • Telecomunicaciones
  • Inversión financiera
  • Comercio internacional

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